- Orientación del edificio y distribución interior según los condicionantes del entorno y las necesidades de cada estancia.
- Aplicación de sistemas de protección solar teniendo en cuenta la incidencia del sol en invierno y verano para dejar pasar los rayos en los meses más fríos y protegernos de ellos en los meses más calurosos
- Generación de una gran inercia térmica
- Optimización de huecos en fachada teniendo en cuenta el tipo de vidrio, carpinterías, tamaños y situación según la orientación
- Estanqueidad de la construcción trabajada desde el diseño de la vivienda hasta su construcción reduciendo las infiltraciones de aire no deseadas y teniendo un mayor control y calidad del aire en el interior de nuestras viviendas.
- Reducción máxima de puentes térmicos para evitar patologías en los edificios. Nos permite reducir al mínimo las transmisiones de energía no deseadas con el exterior y, a su vez, evitar posibles problemas de salubridad en el interior de las construcciones al evitar los puntos de fuerte contraste de temperatura.
- Ventilación mecánica con recuperador de calor. Permite ventilar de manera continua el interior de los edificios sin perder apenas energía en el proceso. Además, se filtran posibles impurezas y patógenos del aire exterior al introducirlo al interior.